Salgo de nuevo a correr. Pienso en la cosmovisión de los distintos concejales, arquitectos municipales y promotores privados que crearon este entorno turístico-residencial anticipando el concepto PDVM (Polígono de Descanso Vacacional Masivo). El carril bici se interrumpe al ritmo coherente de la incompetencia (y la probable corrupción) municipal. Voy en dirección contraria a cientos de turistas que andan hacia el mercadillo del domingo. Todos, también alguna bici en una muy ocasional ortodoxia, compartimos el carril bici y su intermitente inexistencia, dudando cómo completar lo que quedó municipalmente inconcluso. Voy en dirección contraria a demasiada gente. Voy, me digo, #acontraguiri.
Cuando vuelvo a casa, en los escalones de la puerta, una avispa devora a otra avispa. «No creí tener que aprender a morir en algún momento», recuerdo que escribió Eminescu. ¿Leen las avispas a poetas rumanos?